miércoles, 24 de abril de 2024

La vida atareadísima - Abubilla, Upupa epops - Colmenar Viejo, Madrid (España)

 





Volaron las aves
a las doradas casas.
Esengali Raushanov

Maribel Orgaz - @curionatural
Mi jardín se despierta a las 6 con el escándalo de los mirlos que hasta las 7, ya amanecido, sólo es para ellos. Después, entusiasmados, los carboneros, un orgulloso canario balconero y el zureo de las palomas, las urracas siempre graznando. Cómo sabrá un pajarito qué canto ha de aprender cuando es polluelo. Los aviones hasta casi las 8 no recomponen su nido en las ventanas de mi cocina y a veces, vuela un pájaro solitario en reconocimiento, si los pinos serán seguros o mejor, el tilo de la piscina. El jueves pasado, una abubilla, ayer dos cotorras argentinas. Un búho real se baña en el arenero infantil y los cernícalos sobrevuelan los cielos. A la tarde, al fin libres de escuela, todos los niños con la pelota y sus voces, el cubo y la pala, y una bici, y muchas carreras y tantas risas. Entonces, como escribía Mattison, la vida está atareadísima en ser lo que es: una tentativa de paraíso.


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Un plumaje que anuncia la penumbra - Somormujo lavanco, Manzanares el Real (Madrid)




martes, 9 de abril de 2024

El tiempo está de nuestra parte, pronto llegará el verano - Lirio común, Iris germánica - Madrid, España

 


Tan poca cosa
que no llega a dalia
ni a mariposa.
María de los Reyes
Maribel Orgaz - @curionatural
En mis calles brotaron hace días los lirios, en la umbría del jardín apenas prosperan pero en los alcorques soleados crecen altos. Cola de milano, dice la Enciclopedia de Flores de Edo que eran así llamados en tiempos antiguos por los japoneses que los plantaban en sus techos para proteger el hogar de goteras, tifones e incendios. Quizá ahora, nos llamen al paso en estas aceras y en marzo sólo para estar con nosotros y alejarnos de vientos y agitaciones, el tiempo está de nuestra parte, pronto llegará el verano.  



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Turbadora y bellísima, Hans Isserstdet - Orquídeas. Orchidaceae - Manaos (Brasil) y Real Jardín Botánico de Madrid (España)







viernes, 29 de marzo de 2024

La más sagaz de todas las fieras - Culebra bastarda, Malpolon monspessulanus - Adolfo Roitman, antropólogo

 

Esta fotografía fue tomada en Cerceda (Madrid) 

Pero cuando las furias mordían tu corazón
 como un panal de plagas
te inflabas hasta alcanzar la estirpe de los leones
Olga Orozco
Maribel Orgaz - @curionatural
El lenguaje bíblico, afirmaba el antropólogo Adolfo Roitman, ha de ser leído como lo más aproximado a la poesía, a pesar de estar escrito en prosa. Así, en el Génesis, la Creación fue considerada por el dios creador como algo bueno, pero muy pronto aparecen algunos problemas como la soledad de Adán y la advertencia de que moriría si comía del fruto del árbol del mal y la ciencia. Entonces, continúa el Génesis, fue creada Eva para que no estuviera solo y en el capítulo tres, aparece otra criatura, la astuta serpiente dotada de habla. Sólo otro animal, la burra de Balaam, tiene capacidad de hablar en la Biblia, puntualiza Roitman. Generaciones de pensadores han tratado de entender la maldición de dios sobre la serpiente. En el mundo antiguo, las serpientes eran el símbolo del mal, Apep en Egipto, el monstruo de ultratumba Tiamat en Mesopotomia y en Grecia. Por tanto, su astucia era un rasgo recurrente en las civilizaciones que rodeaban Israel pero como sucede con los símbolos, la serpiente podía significar también lo contrario: sabiduría, fertilidad y vida como en el relato Gilgamesh, en el que reveló al héroe, el secreto de la vida eterna. El autor bíblico conocía todas estas tradiciones, explicaba este experto en religiones comparadas en su conferencia. Tiempo después, en uno de los libros apócrifos, La Vida de Adán y Eva, la explicación a la maldad de la serpiente se atribuyó a que fue el mismo Satán quien habló a través de ella para arrojar a los hombres del Jardín del Edén asegurándoles que, al comer del fruto del árbol prohibido, "se abrirán vuestro ojos y seréis como dioses". 




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lunes, 25 de marzo de 2024

El pez que temía a los truenos - Carpa, Cyprinus carpio - Madrid Río (España)

 

Esta fotografía de una carpa fue tomada en Madrid Río. 

Dame
nube olvidada
tu hermosa tristeza sin arraigo.
Miguel Labordeta


Maribel Orgaz - @curionatural
Érase una vez un campesino cuya mujer estaba muy enferma y pensó en enseñarle a su señor, los secretos de los peces que habitaban en una cueva, en lo profundo del bosque, allí donde el torrente había cavado una gruta. El viejo aldeano, llamado Mozsi, pidió al amo que curase a su esposa a cambio de llevarle a pescar el noble pez misterioso que tenía ojos de luna y temía a los truenos. Una noche se pusieron en marcha, caminando entre abedules, mientras Mozsi hablaba sobre animales que escuchaban boquiabiertos la música de las selvas, de viejos peces cuyos huesos se tornaban verdes al morir. Una vez en la cueva, de agua transparente y embrujadora, prendieron una antorcha a cuya luz acudieron barbos y tencas y saltaron curiosos los peces plateados mientras que otros inmóviles yacían en el fondo como piedras preciosas. Sus burbujas fugaces, mudas carcajadas, eran como sartas de perlas. El campesino entregó al amo un anzuelo afilado que éste lanzó impaciente como una flor voladora. El agua se tiñó de sangre. Al sacar el pescado, el campesino se estremeció porque habían cogido el pez equivocado, al pez guardián. Mozsi lo devolvió rápidamente al agua. Todo esto te lo entrego, le dijo a su amo, a cambio de que sanes a mi pobre mujer, ¿pero qué podía hacer un señor que nada sabía de curaciones? Al regresar al pueblo, las campanas estaban tocando a duelo. 


El pasado viernes, en la casita de libros de intercambio del CAT de Soto del Real (Madrid, España), encontré un volumen de cuentos sobre bosques y nieve, al que pertenece este extracto, de un tal Jozsef Nyiro. Al buscar información sobre este escritor, leí estupefacta que había fallecido en Madrid y que el traslado de los restos a su país natal, Hungría, circunstancia de la que ningún medio informó en España, provocó un enfrentamiento diplomático entre los gobiernos rumano e húngaro. Rumanía impidió que se le rindiera homenaje por su pasado ya que  fue acusado de crímenes de guerra.  Filonazi, fascista y antisemita, durante un tiempo sacerdote, creía que se había de vivir en estrecha armonía con la naturaleza, que era la verdadera fuente de la felicidad humana. 



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Como espectro de ave - Águila ratonera-   Buteo buteo





miércoles, 13 de marzo de 2024

Turbadora y bellísima, Hans Isserstdet - Orquídeas. Orchidaceae - Manaos (Brasil) y el Real Jardín Botánico de Madrid (España)

 


Vendré a verte temprano por la mañana
y en tu almohada
dejaré una flor de la montaña.
Erlan Zhunis

Maribel Orgaz - @curionatural
Hans Isserstdet escribió para la revista parisina Constelación un artículo acerca de su aventura en la búsqueda de orquídeas en Manaos (Brasil) con su tío Rudolph, un veterano cazador de orquídeas. Hans había crecido escuchando relatos de flores fabulosas arrancadas de las junglas de Asia y América. "Mi tío no era botánico pero sabía de memoria cientos de variedades orquídeas y entre las más raras de las doce mil híbridas cultivadas". 

Constelación comenzó a publicarse en 1948, dedicada a la divulgación científica, y es probable que el relato de Isserstdet ocurriera diez años antes. El artículo no tiene fecha y se desconoce a qué se dedicó finalmente, el autor. 

Tío y sobrino llegaron a una plantación al sur de Brasil y alquilaron dos piraguas y dos remeros pero una tempestad les inmovilizó durante días. En las trombas de agua, distinguieron un árbol negro y sobre él, "la mancha clara" de una orquídea . Remando en el agua amarilla y tumultuosa, uno de los indígenas pierde la vida pero lograron atrapar su flor. "Mi tío había lavado su presa, turbadora y bellísima y rodeó el tallo de musgo con gran cuidado" y añade perplejo: "se pasaba horas enteras embelesado en su contemplación". 

Contratado otro remero, se internaron en el río Purus, esperando reunir cuatro o cinco ejemplares raros cuyo destino sería el mercado de Londres y Nueva York por un precio individual de seiscientos mil francos [sic]. Atacados por un jaguar, al que matan de un disparo, muere su perro al ser mordido por una araña, caen en un lodazal "tan fétido" que, tras ser rescatados, les provoca convulsiones al igual que las descargas de los puraqués.

"Agobiados por el calor y enfermos, con mi tío temblando de fiebre", comenzaron la vuelta a Manaos. "Yo mismo preparé las tres nuevas conquistas que llevamos hasta Belem en donde las enviamos por avión a un corredor del mercado de Nueva York". En total, "cuatro flores maravillosas". En Londres fallecerá su tío minado por las fiebres.

Hans Isserstdet no transcribe el nombre del remero fallecido ni las variedades de orquídeas obtenidas. "Yo no tenía la pasión por las orquídeas ni la de los largos viajes. Una vez solo, regresé tristemente a mi casa maldiciendo a los coleccionistas que dilapidan tanto dinero en comprar estas efímeras maravillas".


Tomé la fotografía de esta orquídea, el pasado miércoles, 7 de abril en el invernadero del Real Jardín Botánico de Madrid (España) 


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Un destino de belleza y misterio - Orquídeas, Orchidaceae - Jorge Orlando Melo, Charles Darwin y Elizabeth von Armin - Orquidario de Estepona (Málaga)





jueves, 7 de marzo de 2024

El color más fascinante del jardín - Hierba de los amores, Muscari - Avenida de Andalucía, Colmenar Viejo (Madrid)

 

El zafiro tranquilo
se refleja en los ojos atentos.
Bauyrzhan Karagylzuly

Maribel Orgaz - @curionatural
En la Avenida de Andalucía y orientados al sur, por donde paso cada mañana, crecen en una jardinera abandonada, una mata de Muscari racemosum que asoman alegres entre el verde embrollado, del color preferido de las abejas, afirmaba Maurice Maeterlinck, del color más fascinante del jardín, escribía May Sarton. También llamados hierba del querer, hierba de los amores, jacintos, nazarenos e incluso pajarillos. Marzo va naciendo y las tareas del jardinero comienzan plantando gladiolos y dalias y alcanzarán abril "empajando el fresal con hierba segada". Qué otras labores serían también obligadas para hacer más profunda la experiencia de la vida, escuchar al carbonero, esperar a las golondrinas, despedir a las últimas grullas.  


Tomé esta fotografía ayer, 6 de marzo, en la Avenida de Andalucía, esquina con la calle Málaga, en Colmenar Viejo (Madrid, España).


miércoles, 21 de febrero de 2024

Hacían zozobrar los navíos - Cigüeña - Ciconia ciconia - Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, Madrid

 


Como aúlla ese viento
vuela loco por los prados.
Ulegbek Esdaulet
Maribel Orgaz - @curionatural
Hacían zozobrar los navíos, afirmaba Plinio allá por el siglo I, si se posaban de noche en sus velas. Se lamentan en el aire del gran esfuerzo con el que vuelan, escogen capitán que siguen, no se sabe de qué lugar vienen ni a dónde vuelven, continuaba. Las cigüeñas, Ciconia ciconia, esperaban si el viento era húmedo y pesado para continuar su camino y eran tan queridas por los tesalios que condenaban a muerte a quien las matara porque, aves feroces, comían serpientes. Y aquel hombre de guerra escribe con precaución que eran mudas porque, según afirmaban algunos, no tenían lengua. Fieles a su nido, solitarias excepto cuando se reproducen, ahora sabemos que carecen de siringe, la caja de voz de las aves. A qué se debe este silencio, esta privación de canto, dos mil años después de Plinio y al igual que él, seguimos sin saberlo. 


Esta fotografía fue tomada por Eduardo Ramírez de la asociación naturalista ANAPRI el pasado 1 de febrero en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares  (Madrid, España)  



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Sed de gracia - Cisne