lunes, 29 de noviembre de 2021

Los viveros de estufas del Parque de El Retiro - Cultivares. Un recorrido histórico por los doscientos años de su historia, editado por el Ayuntamiento de Madrid

 



Esta mañana he visitado los viveros de estufas de El Parque del Retiro con mi asociación, APIA (periodistas de información ambiental) y nuestro guía ha sido su responsable, Javier Spalla.

Estos viveros surten de flores y plantas lugares públicos y también despachos, salas de reuniones y muchos otros lugares que el Ayuntamiento de Madrid necesita embellecer. Hasta finales de los años 70 eran capaces de dar plantas a los parques y jardines y edificios municipales pero con el crecimiento de la ciudad, se han quedado insuficientes.

La visita está abierta al público general, mediante petición con antelación, a través de la página web del ayuntamiento y hay una nueva voluntad de que más madrileños conozcan este lugar tan especial.

Estos viveros conservan muchos de los antiguos procedimientos de jardinería que en instalaciones modernas se han mejorado para ser más productivos pero que aquí aún permanecen como testimonio vivo de la historia del cultivo y por eso, su valor es tan singular. 

Aquí siguen activos, tras recuperarse, los viveros traídos del Palacio de Liria cuando quedaron casi destruidos por los bombardeos en la guerra civil, hay donaciones como un antiguo orquidario que se ha destinado a otros usos y esculturas, antiguas máquinas y paneles didácticos que homenajean a jardineros, y botánicos como Eugenio Fojo o Ángel Esteban cuya colección de rosas está en el jardín botánico de Alcalá de Henares.

En estos viveros, también se recuperan plantas que han quedado maltrechas de adornar actos o salones. Y se prueban nuevas variedades y hasta se indultan, en palabras de Spalla, algunas. 

Un señorial ciprés de los pantanos ha crecido conviviendo con otros cultivos que le facilitaron agua, lo que le permitió desarrollar un gran porte y los pensamientos, la flor más habitual de invierno de parques y jardines madrileños, crecen en varios maceteros gigantes que adornaron las bodas reales.

Sobre la historia de los viveros madrileños, el Ayuntamiento de Madrid editó un libro, Cultivares que está a libre disposición de todos los interesados aquí.