En Círculo de Bellas Artes, hasta el 8 de septiembre, y en el marco de PHotoESPAÑA 2024, puede verse la serie La soledad de los cuervos del fotógrafo japonés, Masahisa Fukase, 深瀬 昌久.
Durante once años, Masahisa fotografió cuervos en diferentes lugares de Japón y el resultado es un conjunto de imágenes en blanco y negro, desenfocadas, melancólicas y oscuras. Una proyección de la situación emocional del autor, afirman las cartelas, sumido en el proceso de divorcio de su segunda esposa Yoko.
"Aves y en concreto cuervos estaban presentes desde el principio en su obra", explica el crítico Óscar Colorado pero al abandonarle Yoko, el amor de su vida, los cuervos se convierten en un tema que dará título al que se convertirá en una oscura obra maestra, el fotolibro más importante de su carrera que fue elegido en 2010 uno de los mejores fotolibros publicados en los últimos 25 años.
En la nieve, sobre vallas y chimeneas, en bandadas o solos, estos pájaros son captados como obsesiones, visiones engasadas y frías.
Fotografías desgarradoras, de gran belleza en las que muy pronto, las personas serán vistas como cuervos y la vida contemplada desde el punto de vista de los cuervos. "Él no quería que este trabajo se confundiera con un reportaje de fauna".
Aves que se pierden en la noche, paisajes irreales, atmósferas oníricas, "pero la fotografía en realidad, tiene una protagonista, la soledad. Cuervo en japonés también significa mendigo y es como Fukase se sentía, un paria, tras dejarle su mujer". Un libro de duelo.
Los cuervos son las aves por excelencia en el paisaje japonés, explicaba Carlos Eduardo Vivero Torres, sus graznidos se imponen al ruido de las cigarras y se escuchan en el silencio de los paisajes invernales. Existen palabras como “cuervo de frío” (kangarasu 寒烏), propia del invierno, o “primer cuervo” (hatsugarasu 初烏), relacionada con el Año Nuevo.
En 1992, completamente ebrio, Masahisa Fukasi se cayó por las escaleras de su bar favorito y como consecuencia de este accidente, permaneció veinte años en coma. Yoko le visitó regularmente hasta que Fukasi falleció.
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