domingo, 30 de mayo de 2021

Las grandes ballenas y sus escamas, Pere Guillén - Hereditas, los paisajes interpretados de Gonzalo Borondo - Museo Esteban Vicente, Segovia

 

"El universo", explicaba el artista Gonzalo Borondo "está formado en un su mayoría por materia oscura y es probable que el pasado forme parte también de esa materia". Borondo expone estos días en el Museo Esteban Vicente una intervención denominada Hereditas.

El último rey medieval castellano ordenó construir en Segovia, donde parecía tener algún descanso de sus congojas, un palacio más cómodo que el Alcázar. El monarca de mirada intensa, rubio y aspecto feroz "solitario pero de corazón generoso que gustaba andar por los montes", heredó estas tierras segovianas con apenas 14 años y fue allí más feliz que en ninguna otra parte de su reino. 

En este antiguo palacio, ahora Museo Esteban Vicente, Gonzalo Borondo ha evocado un pasado que flota en los jardines, está contenido en los muros y late invisible en las salas. Enrique IV pernoctó por primera vez en él, en 1463, "y desde entonces se convirtió en su residencia preferida alejada del ambiente gélido de las grandiosas salas del Alcázar", según reza una de las cartelas. 

En la Castilla de aquel tiempo, de entre 1380 y 1500, los expertos han contabilizado 700 poetas con obra conservada, aunque estiman que habría muchos más. El interés de la nobleza en los libros era tal que en 1488 los libros fueron liberados de pagar tributos.  

Todo es precioso cuando sabemos que va a desaparecer. Hereditas se extiende por este palacio de palacios, evocando una memoria invisible hecha de lo sagrado y lo eterno, de la Naturaleza efímera en imágenes líricas, oníricas. Un bosque de figuras de vidrio barrido por haces de luz en el que deambular como un fantasma entre fantasmas. "Quiero que mi arte genere lugares que dejen un poso en la memoria".

Enrique IV no atendió a los requerimientos de los nobles que pretendían aparatosas campañas bélicas en Granada, y obligó a que parte de la lana producida en la región se dedicara a la industria textil interior en lugar de exportarse a Flandes. Entonces, desató un odio implacable: en Ávila desde la alta nobleza, a la Iglesia y las órdenes militares propietarios de los grandes rebaños levantaron un cadalso y fingieron deponerle. 

"Había allí bosques en grandes montes espesos, amigables, en los que se deleitaba naturalmente en andar por ellos", recogían las crónicas sobre el monarca, "un hombre retraído, entusiasmado por el paisaje natural que existía en los alrededores de Segovia". 

En la oscuridad de las salas, hojas casi como fósiles, figuras sagradas, óleos de caza: "cuanto más excavas", afirma el artista, "hay menos luz". En 2019, Gonzalo Borondo creó Merci, una obra increíble en el interior de una iglesia antigua de Francia.  Un cosmos similar. "Creemos que todo está claro pero vivimos en un mundo con muchas proyecciones más que realidades".  

En el patio central, las enormes raíces de los árboles inundan los espacios y sujetan retratos borrosos de damas y señores más allá de los siglos. "Segovia no puede vivir solo de su pasado, tiene un gran potencial estando tan cerca de Madrid, siendo esa joya que es". 

La quietud y el silencio de esta intervención, la oscuridad y las sombras sumergen al visitante en una vivencia casi alucinatoria. "Párate y respira, los sueños sirven para coger fuerza y contestar a lo que está pasando. Estamos invadidos de un lenguaje estridente y de una exigencia de producción que te lleva a perder tus orígenes", Gonzalo Borondo.

Aquel monarca de aspecto fiero a semejanza de un león "pero excesivamente bondadoso y amante de su pueblo" otorgó importantes mercedes a Segovia: puso en marcha ferias y mercados en la ciudad, ordenó el establecimiento de una ceca para acuñar moneda. 

El poeta de corte Pero Guillén de Segovia, "sé los jubileos, los eclipses solares y los cielos medir", aunque sevillano de nacimiento, acudió con insistencia a los textos sagrados y a los escritores medievales cristianos para componer sus poemas, "sé las raíces, las especias secretas de los elementos y sus amistanzas". Estimado por su rey, al que sirvió con lealtad, se sumó, muy a su pesar, a los nobles levantiscos cuando Enrique heredó el trono, afirman los historiadores. 

Guillén cayó en desgracia y se dedicó al oficio de copista que le sumió en la desesperación y dañó su vista. Desde su casa de Pedraza, en donde residía con sus hijos pequeños, "el mejor poeta del reinado de Enrique IV, autor del más antiguo diccionario de la rima castellana, y del primer intento de traducción al castellano de los Salmos", envió al Arzobispo Carrillo una súplica y un poema. 

El conocido como Gran Trovador pudo volver a componer sus versos protegido por aquel duro hombre de fe, "trabajador en las cosas de la guerra" al cual no había llevado aquel suplicatorio en mano, por no ponerse bermejo.

                                                                                             Hacen los vientos volar las estrellas

rompiendo los robles, sus troncos y ramas

no tiene la gente sosiego en sus camas

redoblan su miedo las grandes ballenas

oyendo en lo seco crujir sus escamas.


Moises Ibn Ezra (1055-¿1135?)

¿Dónde están las tumbas de los hombres que han muerto

sobre la faz de la tierra desde los días antiguos?

Tumbas amontonadas sobre tumbas.

Durmiente durmiendo sobre durmiente,

en agujeros en el polvo juntos yacen,

piedras de tiza con piedras de rubí.


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Cómo vivir mejor. Los dominios del Khan - Carbonero garrapinos


miércoles, 26 de mayo de 2021

De los emperadores de la China - Martín pescador

 


Martín Pescador - Alcedo atthis 


En casi cualquier parte, es de sobra conocido, hay alguien que se siente diferente o simplemente Rey, Visir o Emperador. Naces por azar en, digamos, la China antigua y ya sabes que hombres y aves; caballos y aguas son para ti. Harás apresar al Martín Pescador para arrancarle las plumas; a los tigres, los huesos; a los rinocerontes sus cuernos. Vivirás acompañado de todos los tesoros y te harás enterrar con tus mujeres, con todos tus jades. Ordenarás forrar cajas de plumas de Martín Pescador, las repujarán en plata y las comprarás en cada esquina de tu reino sin tasa. Porque, te dirás al pasear y contemplarlo posado en una rama, lo que de verdad quieres es apresar su cualidad especial: una explosión de color que cambia según incide la luz del sol. Nunca del mismo tono, nunca igual, siempre diferente. Única. Apoderarte de esa diferencia que este despreocupado pájaro consigue con la sencillez de unas pocas plumas bendecidas de luz sin destruir, matar o sojuzgar.




La salvaje belleza alada - Maribel Orgaz
Momentos en la Naturaleza - Edita, ANAPRI-Leerenmadrid


                      

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Antes del hombre, el pato

Llenarnos de un canto nuevo - Zarcero común




domingo, 16 de mayo de 2021

Olvidarse del mundo y ser sólo distinción - Los lirios de agua y los Jardines de Vista Alegre - Luis Rosales y el Marqués de Salamanca

De mirar levantado hacia la altura 

como una fuente con el agua helada. Luis Rosales

Aún no estaban de moda los baños de ola, ni la playa ni la brisa del mar; la aristocracia buscaba en las afueras el aire fresco, el agua y la belleza en sus fincas de verano. Olvidarse del mundo, ser sólo distinción.

Ella era una joven italiana de poco más de veinte años, viuda con dos hijas pequeñas y se hizo construir un paraíso. Un lugar rodeado de jardines cerrado por frutales y una alta pared que marcara el límite a las intrigas cortesanas, a las obligaciones como reina. Un lugar en el que montar a caballo, celebrar fiestas, admirar los lirios de agua y decirse que la vida, después de un matrimonio por obligación, le daría una segunda oportunidad. 

En el barrio de Carabanchel, 240.000 habitantes, los bloques de pisos se detienen ante los grandes árboles, las flores y el vuelo de las golondrinas que estos días toman agua con sus picos para hacer el barro de sus nidos: Vista Alegre y ningún otro nombre sería mejor para este oasis. 

El Jardín de Juegos, el invernadero de plantas exóticas, el canal navegable con su noria y su estanque, la cascada, la faisanera, la casa de vacas y el palomar, el gran palacio con decoración a candelieri, el columpio para las damas "el del charco y el ruso de vuelta entera", y el hermoso belvedere, siempre frecuentado, serán heredados por sus hijas que cuidaron y mejoraron aquella dote regia en la medida de su gran aprecio.

Vista Alegre está abierto de nuevo a la visita pública y es durante el mes de mayo su momento de esplendor. Peonías, plantas de fresa y florecidos pensamientos, dos naranjos enanos, un cedro inmenso, plátanos de sombra y un milagro: las calas de Etiopía, los lirios de agua que "necesitan humedad durante toda su vida, mucha cuando está floreciendo y más bien poca tras acabar la floración". 

Dispersos aquí y allá, los visitantes tienen ahora ocasión de contemplar esta flor de ribera, "símbolo de pureza y compasión, dadora de buena suerte", según afirma Louise Cortambert en su libro El lenguaje de las flores.

En 1858, el mundo pertenece a la burguesía que se hace con los paraísos que los privilegios de sangre ya no pueden mantener. En Vista Alegre, su nuevo propietario hace construir otro palacio para poder celebrar grandes fiestas en un gran salón árabe pero el jardín era tan hermoso "que cautivó al enérgico magnate". El Marqués de Salamanca, José María de Salamanca y Mayol solo pudo mejorarlo "abrió senderos curvos y plantó sauces llorones a la orilla de la ría, flores acuáticas, camelias, naranjos y limoneros, plataneras de Canarias, piñas de América y palmeras datileras africanas". 


Visita a los Jardines de los Palacios de Vista Alegre

Gratuito  - Previa reserva - Comunidad de Madrid

  


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