domingo, 29 de agosto de 2021

El corzo o la hermosura

 


De allí se viste el bosque y la arboleda,
y el cedro soberano
a donde anida el ave, a donde enreda
su cámara el milano.
los riscos a los corzos dan guarida.
Fray Luis de León

Corzo - Capreolus Capreolus

Ahí lo tienes, abres el libro sagrado y corren gacelas y corzos. Pastorean en los cantares entre esposos; saltan dichosos entre los salmos evocando la elegancia y la ligereza, la abundancia de pastos y la hierba hasta el morro. Igual que en esta fotografía. En hebreo, corzo es hermosura y sin embargo, en otras lenguas, apenas le nombraron por su tamaño: corto, corzo. Aunque quizá quien mejor le entiende son algunos estudiosos de los topónimos: Corzo daría nombre, según ellos, a todos los municipios que comienzan por Alco. Así, Alco, el corzo, según la mitología griega, es hijo de Astreo, un titán, un gigante, un dios de las estrellas. 


La salvaje belleza alada - Maribel Orgaz
Momentos en la Naturaleza - Edita, ANAPRI-Leerenmadrid

martes, 24 de agosto de 2021

Blancos abrasados, negros profundos - Los paisajes descritos de Bill Brandt, el poeta de las imágenes - Fundación Mapfre, Madrid

 


No para el hombre altivo
que se aparta de la luna colérica
escribo yo estas páginas de efímeras espumas,
ni para los muertos encumbrados
entre salmos y ruiseñores.  
        Dylan Thomas

Sus paisajes son intensos y poderosos de fuertes contrastes tonales. "Yo no cambié nada, era así" afirmó el considerado mejor fotógrafo inglés del siglo XX, Bill Brandt y de cuya extensa obra puede verse una muestra en Madrid, en la Fundación Mapfre hasta finales de agosto. 

Lugares solitarios a la luz de la luna, el muro de Adriano, páramos en invierno a punto de llover. La serie Paisajes descritos es uno de sus mayores logros por la concentrada belleza de colinas, árboles, brezales, rozando en muchas ocasiones la abstracción, captados en el hueso de su significado a través de blancos rotos, grises reducidos, negros profundos.  

De padre británico y madre alemana, Brandt aunque nacido en Hamburgo, no tuvo aprecio por su tierra natal. En los años treinta se instaló en Londres y al igual que los escritores Arthur Koestler, Joseph Conrad o Jhumpa Lahiri pudo habitar otra geografía más afín a su temperamento. Este rechazo a sus orígenes, afirma el Catedrático de Fotografía Óscar Colorado, fue el conflicto subyacente a toda su obra. La fricción cognitiva en la que vivió es también el origen de la belleza que captó.

"A veces hay que tener suerte", afirmaba Brandt, quitando importancia a las alabanzas de los críticos, "detestaba hablar de su fotografía", añade el periodista en una larga entrevista filmada en 1983 en la que habla de su larga trayectoria profesional.

El fotógrafo poeta, como le denominó Lawrence Durrell, viajó entre 1948 y 1951 por Gran Bretaña para fotografiar los lugares imaginados por sus autores favoritos: Jane Austen y las hermanas Brönte, Dickens, Shakespeare y algunos momentos como el crepúsculo en los bosques de Yorkshire "con el cielo oscuro pero no del todo". 

El resultado es un paisaje físico austero y callado que impide ser desentrañado en su geografía, que produce miedo e interés, que lleva la mirada a lo lejos, que existe de manera autónoma, al margen de nosotros.   


Sabiduría antigua, algo cósmica
So-Shu soñó
y habiendo soñado que era un pájaro, una abeja y una mariposa,
quedó incierto de por qué debía tratar de sentirse otra cosa,
de ahí su contento.
Ezra Pound



Exposición Bill Brandt - Hasta 29 de agosto
Fundación Mapfre, Madrid- Textos de la exposición


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El agua, el pez, el árbol, las nubes - Lee Friedlander - Fundación Mapfre

La belleza de los atlas celestes - Astronomicum Caesareum, Petrus Apianus - BNE

domingo, 15 de agosto de 2021

Podemos construirlo de nuevo - Mito

 

Mito – Aegithalos caudatus

Oculta el nido recubriéndolo de telas de araña. Lo forra de plumas que recoge en cualquier lugar, se lleva trozos de liquen y musgo y lo edifica desde dentro, como un alfarero que hiciera crecer en torno a su mano el continente de una vasija. Este maestro constructor posee sin que sepamos muy bien cómo, la sabiduría de los materiales para elegir sólo aquellos que hacen posible criar saludables a sus hijos. Sabe de arquitectura bioclimática, de resistencia de materiales, de tensión de estructuras y sin embargo, no enferma de apego. No se instala satisfecho a disfrutar toda su vida de la misma casa en el mismo árbol. Cada año, comienza alegre un nuevo nido y desde Reino Unido se observan cambios: si no hay líquenes usa pedacitos de plástico. Si las tormentas de marzo destruyen antes de tiempo su casa, optimista comienza de nuevo. Los ornitólogos maravillados han descrito el proceso: el mito construye un nido de 6.000 piezas con cuatro materiales y 14 gestos.

La salvaje belleza alada - Maribel Orgaz
Momentos en la Naturaleza - Edita, ANAPRI-Leerenmadrid



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jueves, 5 de agosto de 2021

Siegan para él, hierbas en flor y le dan agua de los ríos y piensos cereales - El caballo - Ulrich Raulff y las Geórgicas de Virgilio -


Si alguien te pregunta quien soy,
solo ponte de pie, míralos a la cara y di,
 soy una mano amiga, soy un héroe.
Bonnie Prince Billy - The World's Greatest

"Desde el primer momento", escribe el poeta romano Virgilio en esa declaración de amor al campo que son las Bucólicas y las Geórgicas, "el potro de buena casta camina más erguido por los campos y baja las manos elegantemente"

Hace décadas buscamos en el espacio con naves y señales de radio otros planetas habitados. Atravesando las regiones heladas del sistema solar hemos confirmado una vez más, a 20.000 años luz de distancia, en la constelación de Escorpio, la angustia de otro mundo lejano en completa oscuridad. 

José Luis Vidal, latinista, bromeaba en una conferencia acerca de Virgilio y su idealización, hace más de dos mil años, de la vida campesina porque "es como un ecologista que no ha visto el campo". Virgilio crea un mundo rural imaginario, una utopía. 

Su despacho verde se compone de dotes como poeta y cierta experiencia como pequeño propietario rural y dedica sus versos a los asuntos de la tierra: el nacimiento de los árboles y cómo manejar colmenas, injertar frutales y criar ganado. Con respecto a los caballos detalla cómo cuidar al mejor ejemplar de la cuadra, "hay que segar para él, hierbas en flor y  suministrarle agua de los ríos y piensos cereales para que sus hijos no recuerden con su debilidad los ayunos de los padres".

La domesticación del caballo tuvo lugar quizá cinco mil años atrás, en las estepas euroasiáticas. En la Grecia clásica, sólo Tesalia era un territorio apto para el caballo y se les sometió con bridas y montando sus lomos. Esta habilidad causaba tal admiración que "por eso, aquellos jinetes fueron llamados centauri". Un ser fabuloso, mitad hombre, mitad caballo. 

Comenzó así su larga convivencia con los hombres. Los caballos fueron usados para transporte, para ayudar en los campos y como bestia de guerra. Tiraron de arados y carros, sirvieron de montura y fueron sacrificados en honor a los muertos y también, por supuesto, siguieron abasteciendo de carne las mesas. 

Curiosamente, los intentos de someter a las cebras, pariente cercano de caballos y asnos, fracasaron. La cebra se salvó de la domesticación porque era impredecible, audaz y de gran fiereza "hieren en los zoológicos a sus cuidadores más que los propios tigres". Quizá los caballos, según los zoólogos, se prestaron a la domesticación para no extinguirse. 

"La cumbre de la era del caballo fue en 1880. Para entonces había desplazado al buey y al asno como principal proveedor de tracción animal, detalla Ulrich Raulff en su estudio monumental, Adiós al caballo"la cría del caballo ocupaba el corazón del sistema agrario. En el siglo XIX, las granjas no sólo llevaban a la ciudad alimentos, también criaban caballos". 

"Los caballos de ciudad se jubilaban a los cinco años, los de tranvía se agotaban a los cuatro años". En libertad un caballo puede vivir entre veinte y veinticinco años. Cojeando, lisiados e inservibles eran sacrificados: "los parisinos se indignaban cuando los veían con las crines cortadas camino del matadero". En Francia, los propietarios tenían la costumbre de raparlos para vender su pelo.

En combate, la caballería era usada como arma de choque para romper y aplastar las líneas enemigas. 

Seiscientos mil hombres fallecieron en la guerra civil americana y un millón y medio de caballos. Frente a los cañones y las ametralladoras, con el aumento de la capacidad de fuego de las armas, el caballo era inservible en las campañas bélicas.

"No faltaron las voces", escribe Raulff con amargura "que denunciaron los peligros de la caballería a partir de la guerra de Secesión americana". De dieciséis millones de caballos utilizados en la I Guerra Mundial, murieron la mitad y a pesar de todo, volvieron a utilizarse en la Segunda y las cifras de este holocausto animal fueron similares o incluso superiores.  "El caballo, ese gran animal indefenso, no puede esconderse, se queda inmóvil cuando las bombas caen y espera ahí la muerte." relata el periodista Ryszard Kapuscinski en sus memorias sobre lo vivido en la invasión de Polonia en 1939. 

"El caballo es un excelente medio de distanciamiento; otorga al jinete una distancia especial, horizontal y vertical, entre él y su entorno pedestre", concluye Raulff a modo de explicación, "el hombre a caballo evoca la imagen grabada en los europeos de San Jorge". La caballería estaba cautiva de imágenes de guerras pasadas en cuya belleza aún creía. 

Sólo el tanque salvó, por fin, al caballo como arma de choque.

Desterrados por las máquinas, el declive del número de caballos fue imparable hasta su resurgimiento en los años 70 para practicar equitación y como objeto de ocio.

Este amanecer había sido captado por el cine en  El último caballo o Vidas rebeldes y ha continuado con Lean on PeteThe Mustang, o The rider, películas que se dirigen a un público que desconoce el uso del caballo en la vida cotidiana y que ha desarrollado una nueva sensibilidad con su destino. La televisión inauguró por su parte, una suerte de pony-club hogareño con la serie Bonanza.

Los datos de los astrónomos son precisos, en los últimos cinco mil años, desde 1.715 estrellas cercanas, si hubiera vida inteligente, habrían podido detectar la existencia de la Tierra, habrían podido encontrarnos.

"No te puedes encariñar con un caballo", le dice una jockey al protagonista de la hermosa y triste Lean on Pete, "si pierden muchas veces los venden. Así son las cosas". Charley es un adolescente abandonado que intenta dar una nueva oportunidad a un caballo de carreras destrozado. 

Hasta ahora, sólo sabemos de planetas demasiado fríos con atmósferas venenosas que impiden la vida y en la vasta soledad de los cielos, en ese infinito desierto helado, como únicos compañeros de viaje, nos han sido dados los animales.

El chico huye con Pete y durante todo el camino se niega a montarle. La misma dignidad y cariño que él espera lograr

Ese respeto y afecto que cualquier animal, en un universo lleno de muerte y soledad, merecería encontrar. 


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