"Casi podemos decir", escribía maravillado Enrique Rioja Lo Bianco, "que las medusas no son más que agua que, por un misterioso impulso, aparece vivificada".
En 1904, el pintor Néstor Martín-Fernández de la Torre viajó a Londres para estudiar a los Prerrafaelitas ingleses pero hubo de volver a Gran Canaria, su tierra, en 1916, obligado por la guerra. Martín-Fernández nació en una familia de buena posición que le permitió una formación exquisita.
En Canarias, comenzó a trabajar en su gran proyecto, el Poema de los elementos y el dedicado al agua, destacaba especialmente. El llamado Poema del Atlántico: "estaba creando mucha expectación entre el círculo de artistas amigos". Cristina Rodríguez Calero.
La medusas no soportan la acción "violenta del mar encrespado" ni de los rayos del sol, advertía Lo Bianco, y se encuentran a menudo nadando majestuosas en la superficie. Sus tonalidades transparentes, azuladas, rosa pálido "no son alteradas por la menor mancha de color".
La serie del agua se componía de ocho grandes lienzos y el de la fotografía es uno de ellos, Mar en reposo: Néstor y su amante, de cabellos rizados, Gustavo Durán, flotan en el mar como "en un sueño eterno, una manera de estar juntos más allá de la muerte o lo terrenal", Rodríguez Calero.
"Cuando jóvenes parecen flores del mar", continuaba Lo Bianco, y arrastradas por las corrientes y los vientos, dan amparo bajo ellas a otras criaturas amigas. "Estos extraños seres tienen a veces la forma de transparentes farolitos o son de tan extraordinaria belleza que se les ha llamado cinturón de Venus, en honor de la hermosa hija del mar".
La relación entre Néstor y Gustavo Durán, explica la cartela de la exposición, duró alrededor de una década, protegidos de alguna manera por sus amistades, vivieron juntos en París en donde se sintieron cómodos en un ambiente cosmopolita. Tras su ruptura, y la guerra civil, Durán tuvo que exiliarse y se casó en Estados Unidos con Bonté Crompton con quien tuvo tres hijas. La ambiciosa propuesta de pinturas sobre la tierra, el aire, el agua y el fuego nunca se completaron, el pintor falleció prematuramente a los cincuenta años.
Sigue leyendo