Los geranios "calman la ansiedad y tensión nerviosa, alejan los pensamientos tristes y permiten el desarrollo de la voluntad en personas temerosas".
El primer encargo fue traer árboles frutales de los Países Bajos. Su señor, el Conde de Salisbury, y era indiferente si padre o hijo, le confió después el cuidado de los jardines de la gran casa familiar en Londres. Para embellecerlos, John Tradescant el viejo recibió durante años, las semillas y plantas del mejor florista de Francia, Rene Morin.
Lilas de Oriente, geranios de África, pimpinelas o amor de hombre. Desde todos los mares navegables llegaban al jardín parisino de los Morin, las plantas y semillas más raras que florecían al sol cansado de septiembre o recordaban la primavera en la sesgada luz invernal.
Desde el Cabo de Buena Esperanza, arrancada por marineros holandeses, llegó una flor perfumada que amaba el sol y la arena, pelargonium triste. Diez años después, en 1631, Tradescant recibía "junto a lirios aztecas", el primer geranio que se plantara en suelo inglés.
Los tres hermanos Morin: Rene, Pierre y Jean fueron exquisitos coleccionistas de plantas aún más que comerciantes. Rene, un celoso cultivador de especímenes raros; Pierre que elaboró el primer calendario conocido de flores de temporada y Jean, "quizá hermano o quizá primo", dudan las crónicas; que logró cultivar el bellísimo narciso de Japón.
Para sus clientes, imprimían un catálogo de 26 páginas en donde figuraba la lila que el enérgico Mattioli se había traído de Constantinopla, 45 clases de tulipanes "incluidas nuevas especies de China que sobrepasaban toda belleza" y que los holandeses amaban más que cualquier otra flor; la extravagante bola de nieve o la yucca.
"Fue el primer catálogo en el que se indicaba cuándo florece la planta, su nombre en latín y su nombre vulgar y no organizado sólo por el precio". Margorie F. Warner.
En 1644, el escritor John Evelyn fue invitado a recorrer el jardín de los Morin entre abril y mayo. En forma de óvalo, plantado de cipreses, el erudito gentleman inglés, se asombró ante los azafranes, las anémonas y los ranúnculos más extraños "que atraen admiradores de toda la ciudad". Evelyn anotó que Pierre Morin vivía junto a aquel paraíso en una especie de ermita, en donde le mostró las miniaturas de plantas que pintaba con exquisitez y su colección de insectos, especialmente mariposas, de los que tenía intención escribir una historia natural. "Si lo hizo", puntualiza Warner, "no hay noticia en la ciencia de la Entomología".
Desde entonces, más de 400 especies de geranios de cinco pétalos habitan todas las zonas templadas del mundo.
Algunas mujeres aman las orquídeas
o las rosas
otras, las camelias
pero esas especies no son para mí.
Geranios rojos y brillantes
y cada vez que veo uno, pienso en ti.
Honeymoon, Shirley Temple
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