Garza real - Ardea cinerea
Desde Ámsterdam nos llegan noticias: las garzas han decidido quedarse. Un ave de casi un metro de alzada habita orgullosa una ciudad atestada: comen de los puestos callejeros, se suben a los tejados y espían a los vecinos por los cristales porque ya se sabe, ningún protestante del Norte tiene algo que ocultar poniendo cortinas a sus ventanales. Se acicalan y duermen encima de un contenedor, sobre un coche aparcado o en la esquina de un balcón. Bueno, parecen admitir, estos son los nuevos tiempos, conviviremos con vosotros, saldremos cada día a encontrarnos con vuestros niños para que puedan admirar nuestra salvaje belleza alada.
D.L. M-35568-2018
En papel, ebook y en kindleunlimited
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