Algunas cosas, niño, son así,
súbitamente alegres,
en sí mismas.
Wallace Steven
Maribel Orgaz - @curionatural
Ahora florecen hortensias, agapantos azules y perfumados magnolios en los mimados jardines madrileños y esta alegría solar en zanjas y cunetas: abrepuños, Centaurea ornata. Cardos, diría cualquiera al pasar y ver este descuido junto al apeadero del tren de cercanías de Colmenar Viejo. Usado en Salamanca para espantar brujas oculto bajo la almohada, su florecer era señal de que las uvas comenzaban a madurar. Junto a dragones, malvas y campanillas crecen indiferentes a este lugar ingrato. En un puro placer de existir. Al paso de las hoscas sombras llegadas de un mundo tosco y opaco de oficinas y trabajos, este paraíso involuntario.
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