En el parque Felipe II en San Lorenzo de El Escorial (Madrid) florecen sus últimos días agapantos azules y blancos (Agapanthus). Llegados desde Sudáfrica a Europa en el siglo XVII, también son conocidos como flor del amor, lirio africano o corona del rey.
En este modesto jardín escurialense, han sido plantados en los márgenes para que al contemplar su sosegada belleza brinden frescor a nuestros veranos cada vez más intensos.
Agapantos de casi un metro de altura, las mismas flores que Claude Monet llevó a sus cuadros una y otra vez durante años intentando captar la luz cambiante de aquel paraíso de agua, de aquella antigua finca de manzanos.
Coronas del rey azuladas o blancas que se alzan como una proeza, con tanto encanto y fuerza que también a nosotros, como al pintor francés, se nos irá el tiempo en admirarlas, en sentir su fresca ligereza.
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