El cielo está nublado esta mañana,
y en casa, a pesar de todas las nubes,
se respira un aire primaveral.
Eduard Asadov
Эдуарда Асадова
Maribel Orgaz - @curionatural
El boletín más popular de la industria floral se llama,
FloralDaily y hace unos meses publicó los resultados de un nuevo estudio acerca de los beneficios en los entornos de trabajo de los jarrones con flores naturales.
Se colocaron durante cuatro minutos, treinta rosas sin olor en un jarrón frente a oficinistas
japoneses y los resultados confirmaron, una vez más, que es suficiente contemplar unas flores para que disminuya la presión sanguínea y nos sintamos calmados y relajados.
Durante nuestro encierro por un virus, la Universidad de Sevilla también publicó un estudio acerca del consuelo que las
plantas en casa proporcionaron a ciudadanos de varios países.
La nostalgia, la tristeza y la ira en la que nos sumen los encierros en esos mundos prosaicos que nos hemos dado, se atenúan contemplando ficus, cintas, aspidistras, rosas, gerberas, dalias.
La Iglesia conoce bien este mal de las prisiones desde que comenzó a enclaustrar monjes y combate encarnizadamente la acedia, la imposibilidad de vivir mucho tiempo sin ninguna alegría.
Junto a la pantalla y la impresora, unas pequeñas criaturas llenas de júbilo y sosiego dieron a unos empleados la capacidad de abandonar por unos instantes, lo tosco y opaco.
Rosas que invitaron a imaginar una vida humanizada, la que aún está por llegar, más ardiente y más hermosa.
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El esplendoroso caos de las rosas. Santiago Ramón y Cajal.
Conocedores de la felicidad - Rosa Mosqueta
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