Un plumaje que anuncia la penumbra
Somormujo lavanco - Podiceps cristatus
En aquellos mapas de territorios imaginados, los hombres llenaban cada hueco de una criatura fantástica: sirenos en la Antártida, dragones en Oceanía, aves gigantes capaces de llevar en sus garras elefantes en Argentina. Pero ¿acaso imaginaron a un ave que en el comienzo del invierno se plateara de gracia? Que su manto de plumas fuera capaz de anunciar la estación de la penumbra. Que en las aguas tranquilas se sumergiera a pulmón más que ninguna otra. Que desde marzo, danzara absorto en amorosa compañía durante días y días. Esos cartógrafos afamados no pudieron imaginar que estas aves enamoradas danzaran de amor en el mismo agua.
La salvaje belleza alada - Maribel Orgaz
Cien momentos en la Naturaleza - Edita, ANAPRI-Leerenmadrid
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